El 15 de mayo de 2010, Gustavo Cerati dio el último show de su vida. Fue en Caracas, la capital de Venezuela, durante la gira de presentación de su disco "Fuerza natural". Todo marchó bien durante el recital. Después, su fuerza y su voz se apagaron, para siempre. Este jueves 11 de agosto cumpliría 63 años.
Un rato después de aquella presentación, Gustavo Cerati comenzó a sentirse mal producto de un accidente cerebro-vascular. En un primer momento, se dijo que el músico había sufrido una descompensación pero la realidad es que entró en un estado de inconciencia en el que permaneció durante cuatro años. Cerati nunca volvió a despertarse.
Las últimas horas de Gustavo Cerati antes del ACV
El sábado 15 de mayo de 2010, el ex Soda Stereo salió a escena con su banda en el campus de la Universidad Simón Bolívar de la ciudad de Caracas. Se lo veía lúcido y activo en escena, hasta se permitió bromear con el público.
“Un placer, está divina la noche, es sábado, esto sigue…”, les dijo a sus espectadores y después de dos horas de show se despidió con un: “Hasta la próxima, chau”.
Ya en el camarín, Cerati recibió a su sonidista, Adrián Taverna, y a su guitarrista, Richard Coleman, con quienes Gustavo tenía casi tres décadas de amistad. Tiempo después, en una entrevista televisiva, Taverna reveló que lo vio pálido, que le preguntó si se sentía bien y que Gustavo le dijo que solo estaba “cansado”.
En ese momento, además de pálido, el sonidista lo notó con los ojos desorbitados. Volvió a preguntarle si se sentía bien y Gustavo balbuceó su respuesta mientras se sacaban una foto grupal en la puerta del camarín.
Al rato, nuevamente Taverna pasó por el camarín y encontró a Gustavo tirado sobre uno de los dos sillones blancos que había en el lugar, con la boca entreabierta y la camisa desabrochada. El proceso del accidente cerebro-vascular se había iniciado.
Al rato lo subieron a una ambulancia que lo trasladó al Centro Médico La Trinidad, en donde no había luz y el generador electrónico estaba destinado solo a la UTI. La ambulancia fue hacia otra clínica y tras algunos estudios, regresó a La Trinidad.
Cerati tenía los ojos abiertos pero la mirada perdida. Alrededor de las 4 de la madrugada ya del 16 de mayo, sin signos de mejoría y sin un diagnóstico concreto, lo internaron en la suite presidencial. El cardiólogo al que llamaron de “urgencia”, dijo que recién podría ir sobre las 10 de la mañana.
Una leve mejoría de Gustavo Cerati y un final sin retorno
En la mañana, Cerati recuperó la conciencia, aunque estaba confundido y con la mitad de su cuerpo en falla. Era producto del ACV. Ese día comió dos veces pero seguía sin hablar aunque con algunos gestos trataba de hacerse entender.
A la mañana, Cerati hizo una suerte de crisis física, sacudiéndose y mostrando gestos de dolor. Lo llevaron a hacerle una tomografía computada. Apenas abría los ojos y tenía la vista perdida y la boca entreabierta. Después de otros análisis, la conclusión llegó en formato de diagnóstico letal: Gustavo Cerati había tenido un ACV, su cerebro se presionaba contra el cráneo producto de la inflamación y debía ser operado.
Días más tarde lo trasladaron a Argentina y quedó internado en el Sanatorio Fleni, especializado en este tipo de patologías. Lo que siguió después fueron cuatro años de incertidumbre y de espera, también de fe en una posible mejoría. Gustavo Cerati, uno de los grandes íconos del rock argentino, murió el 4 de septiembre de 2014.